Cuando comes frutas u hortalizas sin pelar, seguro que no se te pasa por la cabeza tomarlas sin antes pasarlas por agua e incluso algo de desinfectante para acabar con cualquier tóxico que pudiera estar adherido en la piel. Entonces, ¿por qué tenemos tan normalizado comer frutos secos sin lavarlos antes?
Muchas de las opciones que ofrecen los supermercados son bolsas de frutos secos pelados, lo cual facilita al usuario su consumo. Ahora bien, solemos comprar estos productos y tomarlos directamente, sin antes pasarlos por agua, lo que puede ser un grave error para nuestra salud. Y es que aunque los frutos secos son muy saludables y están llenos de beneficios, hay ciertas recomendaciones antes de tomarlos.
Así lo señalan los expertos, y los influencers que centran su contenido en un estilo de vida saludable no dudan en llevarlo a cabo y transmitirlo en forma de consejo a sus seguidores. Es el caso de la cuenta @fresh.food.arg, tras la que se encuentra Sofía Pouchulú. «Es algo que empecé a hacer hace poco, cuando notaba que cuando comía nueves o almendras me hinchaba, y yo pensaba que no era eso«, señalaba recientemente en una publicación.
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Como ejemplo, ponía varios frutos secos a remojo y mostraba lo sucia que quedaba el agua pasados unos minutos. «Le hice caso a mi gastroenteróloga y desde ahora los dejo unas horas en remojo y luego los seco en el horno bajito con la puerta abierta y les juro que los tolero muchísimo mejor«, compartía.
«Aparte, enjuagarlos elimina residuos e impurezas: pueden contener restos de pesticidas, polvo o toxinas naturales como el moho (es un asco cómo sale el agua)«, añadía. Y es que este proceso no solo ayuda a eliminar las impurezas, sino que también puede mejorar su digestibilidad.
La entrenadora y experta en nutrición, Cristina Segura, explicaba a El Diario Vasco que al lavar los frutos secos «se activan las enzimas, que es como si ‘despertaras’ a la semilla«. Eso sí, esta recomienda siempre optar por los frutos secos con cáscara, ya que así nos aseguramos que han sido procesados lo mínimo posible. Porque desde la misma AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) recuerdan que aunque los frutos secos envasados pasan por controles sanitarios, no se descarta que puedan contener trazas de polvo o alérgenos.
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